martes, 17 de diciembre de 2013

MUJER CON TIERRAS BUSCA HOMBRE CON TRACTOR.

La fotografía ha sido eliminada, pero estaba en la Red, lo siento vamp Walk. Lástima, el anuncio ha sido un éxito social.

El anuncio ponía: " Mujer con tierras busca hombre con tractor, imprescindible foto del tractor" y un número de teléfono. Estaba pegado sobre una pared de granito rosa de Porriño, pulido brillante, como la Estación del tren. Cuando éramos mozos nos decían los mayores: Tendrás que buscarte una chica trabajadora, limpia... o un hombre trabajador, que no juegue ni beba, y si tiene un tractor, ya es completo el gozo. Dispuesto a comprar un tractor dependiendo de la extensión de las tierras -Aquí hay minifundio y tener tierras puede ser una desgracia muy gorda- llamé al número indicado, sonó una voz de mujer:
-¡Diga!
-Buenos días, he visto un anuncio que dice: Mujer con tierras busca hombre con tractor...
-Pues sigue leyendo el anuncio y déjame acabar de comer ¿Vale?.
Y colgó. Esperé que me llamase para comprar el tractor y mandarle la foto, pero no lo ha hecho.

viernes, 25 de octubre de 2013

PUERTO DE VIGO.

Fototravel.net.
Cuando mi hijo tenía comedor escolar, es decir en el  invierno de 1981,  yo solía comer en el Comedor Social de la Junta del Puerto con Pepe García, un veterano de los faros y con Leopoldo Costas, el conductor que la Dirección del Puerto asignó al Servicio de Señales Marítimas donde trabajó casi siempre hasta su jubilación. Dada mi inexperiencia, aprovechaba las tardes para preparar el trabajo del día siguiente, o con la ayuda de Pepe, que  tenía jornada partida, conocer los equipos y materiales de los que supuestamente era responsable ante mi Jefe de Coruña. Supongo que solo a los efectos de echarme la culpa si había alguna desgracia.
En el comedor los trabajadores nos agrupábamos por gremios: Guarda-muelles, mecánicos, electricistas, grueros,  jefecillos... Supongo que la razón era seguir con las interesantes broncas surgidas en la mañana. Nosotros comíamos los tres y si el barco de Faros estaba en puerto se sumaba la tripulación, ocasionalmente venía a la mesa algún otro que había quedado sin sitio o se había peleado con sus colegas.
Los primeros días  Leopoldo me ponía al corriente de quien era quien.
En la cola de recoger la bandeja se puso un hombre grande y gordo, casi inmenso. Leopoldo gritó:
-¡Atención! ¡ jardade os mecheros!. Acaba de chejar o ladrón da jasolina.
(Atención, guardad los mecheros. Acaba de llegar el ladrón de gasolina)
El aludido contestó con un:
-¡Cala mamarracho!. (Calla,mamarracho).
Fuimos hacia la mesa con las bandejas. Una vez sentados, pregunté de que se trataba. 
Leopoldo me contó mientras Pepe asentía, que tres años antes, aquel hombre trabajaba en el movimiento ferroviario del Puerto, que disponía de dos locomotoras Diesel, y su propio personal para cambiar agujas, enganchar vagones  y mantenimiento de las vías. Estaba de enganchador. El combustible se distribuía desde unos depósitos situados en la Dársena de Guixar mediante vagones cisterna al interior de la Península. 
Los viernes la gente se retiraba más temprano, el hombre Grande y Gordo tenía que enganchar vagones de gasolina. Uno que debería ir a Valladolid quedó en los muelles. La locomotoras lo metieron en el almacén de faros,  unas vías entraban dentro del almacén para mover las boyas, pero las boyas que usábamos ya no podían salir por la puerta sin un complejo sistema de grúas inexistente. Entonces se guardaron allí las locomotoras. Allí metió el hombre Grande y Gordo el vagón de gasolina con cuarenta toneladas. Entró por el portón justito. Durante el fin de semana fueron sacando los bidones y vaciaron en vagón. Pero descargado el vagón no salía por el hueco, sobrepasaba en mucho su altura. Tuvieron que dejarlo allí. El lunes, cuando el bueno de Pepe García entró en el almacén de Faros y se encontró un vagón de CAMPSA en el interior llamó a mi antecesor que fue a la Dirección.
Al poco tiempo, el hombre Grande y Gordo fue nombrado Presidente del Comité de Empresa y pasó a desempeñar funciones  de Encargado del Economato. En uno de los Sindicatos amarillos que se montaron a principios de los ochenta ganó las elecciones sindicales. Todo el mundo debía dinero al economato.
Un día, discutí con el hombre Grande y Gordo en presencia del Director por las dietas del personal del Servicio, que estaban cobrando él y sus secuaces por irse de vinos. Me dijo:
-Mera, eles traballan con vos, pero son da Empresa, e ti has de morrer e non has ter nin un carballo que che dea sombra. (Mera, ellos trabajan con vosotros pero son de la Empresa (Puerto) y tú morirás y no tendrás ni un roble que te de sombra)
-Certo, nin jasolina po mechero.(Cierto, ni gasolina para el mechero)

viernes, 27 de septiembre de 2013

BILLY EL NIÑO.



1977. Carnavales. Encontraron la dirección del piso que acabábamos de comprar en el bolsillo de uno de los del aparato de propaganda. Cuando secuestraron a Oriol y Villaescusa decidí desligarme de los chicos del PCE(r). Pero mi contacto era un buen muchacho, era maestro (yo no lo sabía, tampoco sabía su nombre, eran todos "Carlos"), y le dí mi nueva dirección por si me necesitaba. Ese papelito fue la causa de mi detención.
Había comenzado mi colaboración con el PCE(r) unos cuatro años antes, a raíz de una conversación con el Piloto de guardia de un barco singapureño: el "Kosmonaut". La teoría era que había que apoyar a la extrema izquierda para que a la muerte de Franco la derecha y la izquierda dialogante fuesen más razonables. Cedimos nuestro piso de alquiler para reuniones y depósito de propaganda, les vendimos muy barato nuestro Citröen 2 CV. Nuestros vecinos creían que éramos contrabandistas, lo que hoy llaman menudeo .
Volvíamos de una comida en Silleda, era domingo. Subimos al niño para acostarlo y yo saqué a la perra, se llamaba Loita, pastor belga. Era de noche, había coches extraños al edificio,  la perra gruñía a unos tipos que estaban rodeando la manzana. Tres de ellos eran muy jóvenes y el otro era mayor, de unos cincuenta años. Todos muy trajeados. Pensé: Esta gente viene a por mi. En el vestíbulo había otros dos hombres leyendo en los buzones. Puse la cara más inocente posible:
-Buenas noches, ¿ puedo ayudarles en algo?.
Uno de ellos tenía en la mano un papel, el impreso que se cubría para hacer el carné de identidad.
-Es él, ¡Es él!, gritó.
-Inmovilice al perro o le pego un tiro.
La perra se abalanzaba. 
-Vamos a registrar su casa.
Tranquilicé a María que les llamó de todo, que era un allanamiento, que ellos eran unos indeseables. El niño que tenía un año, al ver a tanta gente estaba muy contento, la perra seguía intentando lanzarse sobre aquellos hombres que ya habían mostrado sus placas en la escalera. La casa estaba llena de cajas con nuestros enseres, nos mudábamos al piso recién comprado. Lo miraron todo. Encontraron  mi carné del Sindicato Libre de la Marina mercante, un libro los "Atentados contra Franco" recién publicado, los requisaron. Una agenda que en una fecha tenía anotado: Armas 4000. Me preguntaron que significaba, me quedé en blanco, les dije que tal vez tuviese que ver con mi permiso de armas, que aún no había utilizado. Mi mujer señaló una lampara hecha con un cajón, una pistola y una escopeta senegalesas  y dijo con todo el desprecio,
- Esas son las armas y son 4000 francos CFA, que nos estafaron en Dakar, en realidad son viejos tubos de agua.
-Quedan ustedes detenidos.
-¿El niño también?
-Déjelo con alguien...
-Es la una y media de la madrugada, no llevo a mi hijo con nadie, si acaso se va conmigo.
El policía mayor dijo que no saliese de casa, que no usase el teléfono y que al día siguiente dejase al niño y se presentase a las once en Comisaría. 
Estuve esa noche y todo el día siguiente en el calabozo. Por la noche me subieron a una oficina, dos guardias de la Policía Armada me custodiaron un rato. Entró el policía que había estado en mi casa. Detrás un policía de unos treinta años, barrigoncillo y con pelo largo como se llevaba en la época, en mangas de camisa y remangándose:
-Así que este es el caballerete...
-Disculpe, caballerete por las maneras...
No me dio tiempo a decirle "es usted". Se vino agresivo hacia mi. El policía mayor se interpuso y ordenó que me llevasen a los calabozos.
Dos días más tarde me dejaron en libertad por falta de pruebas.
Cuando aprobé las oposiciones de faros en 1978, decían que empezaríamos las prácticas en el Centro Técnico de Señales Marítimas de Alcobendas entre tres meses y un año más tarde. No podía permitirme estar tanto tiempo sin ingresos.  Puse un anuncio en el "Ya": "Joven, con estudios medios, cuatro idiomas, conocimientos de contabilidad y electrónica busca trabajo". Y el teléfono de la pensión.
Solo me llamaron para hacer los cubatas y sumar los tickets de los camareros para un asador en Bravo Murillo "Casa Franco". Con el nombre de "Peña Atlética Tetúan" habían conseguido licencia para abrir un bingo, que junto con el Club Canoe monopolizaban la ludopatía de la zona. Los camareros entraban gritando el pedido, yo se lo preparaba, sumaba mentalmente la comanda, mientras el camarero preparaba los cafés y me hacía un ticket por el total. En los pocos ratos libres sumaba las bandejas de cada camarero. En esas estaba, cuando entró uno de los hermanos-dueños seguido de un hombre al que le asomaba una pistola por la apertura de la chaqueta. Me puse tras una columna que había en medio de la cocina donde preparaba las bandejas, tenía al lado los útiles de cocina. Cuando vi que no había gritos ni sensación de peligro volví a mi puesto. El hombre salió apresuradamente. Cuando salió el dueño me dijo:
- Acaban de  sablearme veinte mil pesetas.
Unos meses más tarde ya había comenzado las prácticas y les dije que no aguantaba el ritmo de las bandejas, que lo dejaba. Me propusieron "ascenderme" a portero. Pensé "Claro, como hablo idiomas". Acepté. Solo tuve un par de peleas.
Un día vi entrar al hombre de la pistola. Pregunté a la recepcionista quien era: 
-Una pena, es un policía  muy famoso le llaman "el Niño". Antes de entrar pregunta si esta su mujer, si está no entra. Debieron hacer un pacto de no jugar. La mujer hace lo mismo.
Estos días,  identifico la foto del torturador de joven con  el "caballerete".

domingo, 15 de septiembre de 2013

PREHISTÓRICOS DEL FUTURO.

Hace una semana fui a una visita de la Asociación de amigos del  Museo Arqueológico de A Coruña a enclaves pre-romanos de la zona donde habito. 
Fui un niño de aldea, nos faltaban tantas cosas que la vida de los prehistóricos era la nuestra. Uno de mis amigos cuando instalaron la radio en su casa me explicó que había unos hombrecillos dentro, hablando y tocando. Yo estaba más preparado, creía que la voz y la música venía por los cables de la luz. Intenté comunicarme con ellos a través del enchufe de la radio. Les expliqué que era un niño que vivía en una aldea y quería hablar por Radio París. Tuve suerte, conservo la lengua y ni siquiera es bífida. Quince años más tarde descubrí las ondas hertzianas y nunca las abandoné, hasta viví de ellas.
Tal vez esta infancia carente de todo, en una Galicia suburbial que podría ser profunda, marcaron mi aprecio por las cosas, creo que tengo demasiadas y no tiro ninguna.
 El garaje esta lleno, es nuevo y está lleno de cosas. Restos de pintura. Pedazos de metal  de construcción,  inventos que tuvieron diverso final. Chapas, aislantes, canoas, remos, salvavidas, defensas del barco que ensucian el casco, televisores viejos, aspiradores, un retrete roto....
Tengo mucha madera que acumular para próximos inviernos, debo ponerla a cubierto, que seque, ¡que mejor sitio que las paredes de un garaje!. 
El viejo garaje de mi padre puede recibir esos materiales que no quiero tirar, por si me valen para otra cosa. Entonces viene la arqueología.
Pienso en una glaciación, su deshielo es tan potente que lo arrasa todo. Ya acabé la leña, los techos se han hundido y me he muerto de frío. Los míos vuelven a África y el deshielo lo arrasa todo. Por la ladera 
donde vivo circulan piedras, arenas y materia orgánica que baja hacia la ría. La Ría de Pontevedra ha vuelto a ser un lago de fango, y en las estructuras arrasadas se depositan todo tipo de arenas, las más gruesas al fondo
 Tres mil años más tarde los arqueólogos de Villavenancia descubren el garaje de mi padre. Excavan y encuentran trozos de red de plástico, restos de una tomatera que eran un proyecto de hamaca. Poliester que no llegué a usar, remos, una máquina de picar carne para hacer chorizos, restos de cerámica para baños y cocinas, una salamandra y sus tubos de salida, ladrillos refractarios de una forja que funcionaba con compresor, hierros que no forjé. Un colchón de muelles que espera que lo queme para aprovechar los muelles. Cañas de bambú para sujetar los tomates, el armario del ajuar de mi madre, una máquina de cortar azulejo, hachas, azadas y martillos sin mango. Hachas, azadas y martillos con mango.
Los arqueólogos están fascinados. Han encontrado su primer asentamiento industrial. 
-"Eran personas muy industriosas, vivían y trabajaban en el mismo espacio, el paleo-suelo esta lleno de restos cerámicos y metálicos. Son similares a los encontrados en las afueras de una ciudad oriental que los nativos llaman Changai. Seguramente esta era una colonia oriental, los restos de nudos de bambú lo prueban."

viernes, 23 de agosto de 2013

TELEGRAFISTAS: JOSE MARIA FERRANDO GINER.



La reunión de Pontevedra,  del 2007, me reportó el placer del reencuentro con Ferrando.
Es un hombre callado, serio, tenaz. Nunca se mete en lios, observa, medita y luego lo cuenta maravillosamente. Reme, su mujer, es pequeña, inteligente y divertida. Viven felizmente instalados en Llosa de Ranes, disfrutando de la jubilación después de muchos años de navegación. Cultiva sus naranjos y tiene de un magnífico aspecto y buena salud. Cuando estábamos en la Escuela era como es. Serio, claro, con la retranca que tenemos la gente del campo.
Vino a Pontevedra en coche, con los Vicedo. Vicedo dice que vino llorando de risa todo el camino, con las historias de supervivencia que Ferrando contaba. Conseguí que me contase estas historias que en los límites de la torpeza sintáctica que me caracteriza, intento transmitiros.
En el curso 68/69 Ignacio Delgado y él habían decidido irse a Barcelona, estudiar por oficial en la Escuela de Náutica y buscar trabajos que les permitiesen sobrevivir y asistir a clase. Reme; su novia -hoy su mujer- compartía el esfuerzo y la vida.
José María e Ignacio se levantaban a las siete de la mañana, compraban la Vanguardia y se ponían a buscar empleo, cogían cuarquier cosa, aunque no tuviesen idea de la faena, pues Ignacio, acertadamente, creía que mientras se instalaban, empezaban a trabajar y los despedían, pasaban por los menos tres o cuatro días y aseguraban la comida y la pensión de otros tantos.
El anuncio decía“Se necesita bailarín”
El truco era estar de primeros en la larga cola de demandantes de empleo. El lugar de la cita, un edificio viejo, donde estaba el despacho de la Cadena Ferrer, propietaria del "Mister Dólar", "New York" y "Escarlet", estaba ocupado por una larga cola de posibles bailarines, Ignacio estaba de primero, Ferrando de segundo, Cuando se abrió la puerta del despacho y dijeron que pase el primero, Ignacio le empujó y él quedó dentro, mirando al señor de la mesa.
-¿Sabe usted bailar?
-Si es agarrado...
-¡Admitido!
Se acabó la selección y le pusieron con el que se marchaba para que le enseñase sus funciones.
-“Empezábamos cuando ya había gente y sacaba a bailar a las chicas para que los clientes no fuesen los primeros y se animasen, entonces yo me retiraba y preparábamos para el espectáculo”
- “El otro y yo teníamos un cartel que ponía: Miss Daisy- todas extranjeras- Taburete y palmera. Colocabamos el taburete y la palmera y cuando se iluminaba el escenario la artista se quitaba piezas de ropa. Otro cartel, Brigitte, Teléfono y sofá. Se apagaban las luces, mientras uno recogía la ropa de Miss Daisy, el otro cambiaba el taburete y la palmera por el teléfono y un sofá”.
Iba en estas cuando Reme dijo:
- Estuvo poco tiempo, ¡pero aprendió mucho!.

domingo, 18 de agosto de 2013

AMPARO LLORENS BOTELLA.

En la Escuela de Av. de Francia,13. VALENCIA. Armando Abelleira Quintela, Amparo Llorens  Botella, José del Valle Puig, Vicente Durán y Feliciano Agraso Romero. Todos navegaron en buques españoles.

Era una mujer grande, de piel blanca y ojos claros, con una miopía que le hacía llevar gafas de culo de vaso. Tenía nobleza de rasgos,  bondad en la expresión y el discurso sencillo, pero a veces enigmático cuando se refería a los "sinvergüensas".
Huyendo del infierno monótono que era la casa de mis padres, buscando mundos que quería conocer y no estaban a mi alcance, aterricé en Valencia con una beca de estancia en una escuela de la Sección Naval de Juventudes donde por necesidades de la oligarquía del Régimen formaban telegrafistas. Era un internado donde estábamos unos cuarenta chicos de diversas procedencias geográficas, entre quince y veinticinco años,  de los estratos más bajos de aquella sociedad. Por supuesto, ninguno se declararía pobre entonces.
 Era el curso 67/68 y el desastre que escribe acababa de cumplir dieciseis años. Había descubierto el antifranquismo de la mano de las Obras Completas de José Antonio Primo de Rivera y eso marcó un poco mi estancia en una institución gobernada por gente afecta al régimen.
Amparo estaba de camarera en aquella escuela. Tendría entonces unos cincuenta años y me adoptó. No sé por qué. El otro adoptado era canario, se llamaba Antonio Trujillo Verona, era guapo, mayor que yo, tenía un gracejo especial, muy cariñoso y volvía locas a las chicas.
Yo era conflictivo, un poco chulo, un niñato en toda regla. Pero aún así, Amparo me contó la historia de su vida que cambió la mía, moldeó mi ideología y mi carácter.
Mi madre valenciana era hija de un armador de pesca que tenía dos bous, naciera en el Cabanyal, fue a la escuela y como muchas jóvenes de su época se hizo enfermera de la Cruz Roja donde empezó a trabajar con un médico que pronto la llevó a su consulta privada. Toda su familia, padres y hermanos eran republicanos. Al iniciarse la sublevación y la guerra civil sus hermanos mayores se alistaron y ella acompañó a su Médico a los hospitales de sangre que la República instaló en los frentes de Teruel, Castellón y más tarde en Valencia. 
Tenía novio, que enfermó de tuberculosis y murió poco después de terminada la guerra. Su padre sin poder sacar los barcos a la mar decidió vender la casa del Cabanyal que le pagaron con dinero de la República cuya serie ya había sido anunciada como no canjeable por el Gobierno de Franco, y aunque el comprador lo sabía, el vendedor no.
Terminada la Guerra, con el resultado conocido, el médico para el que trabajara seis años fue internado en un campo de concentración e inhabilitado para el ejercicio profesional. Uno de sus hermanos emigró a Francia, el otro entró a trabajar de chófer con alguien de la nobleza valenciana, lo cual debió de ahorrarle muchos disgustos y explicaciones. A su padre por la significación política le retiraron el cupo de gasóleo, sin el cual sus dos barcos no salieron más a pescar. Se negó a regalarlos a las nuevas autoridades y tuvieron que ver como se pudrían en la playa de la Malvarrosa. Con los pocos recursos que les quedaban compraron una casa de pescadores en Nazaret, en cuyo cine Amparo encontró trabajo de taquillera después de pasar toda la familia todo tipo de penalidades durante tres o cuatro años. El dueño del cine fue el que le proporcionó el trabajo de camarera y limpiadora en la escuela donde nos conocimos.
 Estas historias, escuchadas en su casa durante fines de semana de los dos años que estuve en Valencia, con paellas maravillosas e innumerables cafés replantearon muchas cosas, pero sobre todo fundamentaron mi devoción por la persona y su entorno. Durante treinta años recalé en Valencia solo por verla. Una vez fui y ya no estaba. En la casa me dijeron cuando me identifiqué, que fuese a casa de Pili, que ella tenía algo para mi: Un sobre con mis fotos de la época, con las de casi todos mis compañeros y las de Amparo durante la guerra, puño en alto, y las que algunos malos fotógrafos le fuimos haciendo cada vez que nos encontramos.
Pili dulce y emocionada me dijo que unos días antes de morir haciendo la compra, Amparo le había dado el sobre y le dijo: Los chicos volverán, dáselo al primero que venga.

lunes, 29 de julio de 2013

¿A que huelen las nubes?

Un inteligente y divertido artículo Cristina Fallarás, con "a" en la primera,  en el Diario.es,  me invita a reflexionar sobre la campaña de las asépticas compresas. Si me preguntasen a que huelen las nubes y yo estuviese en la gloria que es donde se preguntan estas cosas, respondería que huelen a coño. Y es que un mundo sin olor a coño sería un mundo sin aspiraciones.
Cada uno tiene sus propios ritos totémicos, en Galicia somos muy faloides, ponemos falos en las iglesias, en los hórreos - eso sí,  en el otro extremo ponemos una cruz- hasta a hablar le decimos falar. Yo en cambio siempre he sido coñoide, mi adoración al coño me hace poner una representación vaginal en bronce en los extremos de los hierros de las construcciones del mecano que es mi vida. Cuando construyo una barandilla le pongo peces cortando el acero, que dice mi Santa que si le pongo gaviotas parecemos del PP. Entonces la barandilla está llena de coños tumbados. 
Nunca viajé en nube, pero el metro y a veces los aviones no me huelen a coño, me huelen mal. El Poder también, lo contamina todo.

domingo, 28 de julio de 2013

EL TREN.

En el Instituto de Pontevedra estudiábamos mayoritariamente hijos de pobres que querían formar la clase media del país. A algunos nos era más duro que a otros. Terminar las clases y caminar cuatro o cinco kilómetros hasta nuestras casas, o plantar patatas antes de salir a las clases, empezando a las seis de la mañana y acabando a las ocho. Somos una generación de raros a los que nuestros padres decían que seríamos incapaces de tomar las riendas de nuestras vidas, de crear riqueza, de educar a nuestros hijos. Lo hicimos todo y cuidamos de ellos, generamos una sociedad de bienestar que una panda está empeñada en destruir mediante el robo legal.
Un grupo de voluntariosos consiguieron que cincuenta o sesenta alumnos del Instituto que nos desasnó en Pontevedra nos reunamos una vez al año. Nadie presume de objetivos vitales conseguidos, nadie desprecia a los que fueron jóvenes matones y hoy son viejos reflexivos. Contamos como fue el año, los achaques, las jubilaciones y los muertos por la vida y los excesos. Vamos a bailar a un desguace y nos emborrachamos prudentemente.
Este año no hay cena. Entre los muertos del tren había un apellido de nuestra lista, y no era uno de nosotros, que casi sería natural por edad. Era una de nuestros hijos, de los que siguen con nosotros después de carreras y doctorados, de los que pueden viajar, intentan trabajar, llevan bien lo de estudiar y salir, son guapos, saben lo que quieren. Mi amigo de chistes y una noche al año de risas pierde a su hija, pierde treinta años de amor, esfuerzo y cuidados. La pierden los suyos, pero la pierde la sociedad, la hemos perdido todos.
 Cuando una empresa para ahorrar costes no peralta una curva de una autovía, cuando una Entidad Pública de Gestión Privada proyecta una cosa y hace otra con el dinero de todos, que se va perdiendo por el camino, no solo nos estafan, a veces simplemente nos matan. Un abrazo, compañero.

A  M.A.D.

domingo, 14 de julio de 2013

IGNACIO LOMBA MARTINEZ, un guardés que me salvó la vida.

Foto:  http://www.fotocommunity.es/pc/pc/display/22520443. A Guarda. En el Tecla está uno de los asentamientos pre- romanos mejor conservados.


El "CARMEN PILAR" Imagen de Cesar Cadilla Lomba, del grupo FB "Barcos de A Guarda (Pontevedra)"

Cuando dejé de navegar de telegrafista estaba obsesionado por dos cosas: aprender algo de navegación y poder hacerlo en un barco de vela. Las funciones en los barcos son muy estancas, no se enseña a los de otro departamento, el interés de un Radio por cuestiones relacionadas con la máquina, los cálculos náuticos, la carga y los por qués de las cuestiones relativas a otros departamentos, era considerado por sus ocupantes como una especie de intrusión. Así que cuando dejé de navegar y ya con destino en el Servicio de Señales Marítimas compré un libro "Aprendiendo a navegar a vela", que enseñaba más o menos como manejar un "Snipe".
Fui al Náutico de Vigo, tomé las medidas de un Snipe, hice una orza de hierro y encargué una chalana de medidas parecidas,  con algo más de franco-bordo, a un carpintero de ribera de Vilanova de Arousa con cajetín para la orza y un timón parecido al del Snipe.  En un mes tenía barco, por diez mil pesetas compré en el Náutico velas, mástil y aparejo, los herrajes de un timón de Snipe me los vendió en inox uno de los Andrade. Le llamamos "Antares" a la chalana. Como entonces estaba purista decidí no comprarle un motor.
Durante dos fines de semana estuve practicando las enseñanzas del manual en la Ría de Arosa, durante el segundo incluso invité a cuatro personas, las maniobras salían según el libro. Al viernes siguiente decidí salir después de comer de Villanueva de Arosa a Sálvora, era el mes de abril del ochenta y dos u ochenta y tres. A las cuatro de la tarde con un quilo de manzanas, un cartón de ducados, un achicador hecho con una lata de aceite cortada, unos cartuchos hinchables de flotación, un cuchillo senegalés con su funda de cuero, un chaleco salvavidas y un traje de aguas. Salí hacia el SW por el "canal do Vao" donde hoy se encuentra el puente que une la península con A Illa de Arousa. Mi propósito era hacer noche en Sálvora y el sábado entrar en Vigo.
Antes de pasar el meridiano de Cambados ya el viento arreciaba mucho, arrié la mayor. Con el foque a un largo la "Antares" navegaba como un rayo. El viento se empezó a entablar de NE. Pasé rozando la isla para refugiarme en una pequeña cala que entre rocas  se abre al SE del faro. Cuando tesé la escota del foque para entrar en la cala y allí dejar amarrada la chalana, al pie del faro con un rezón, saltó el anclaje del estay, que había atornillado al pincho de la proa. El foque se disparó como un globo, pude cobrarlo a bordo arriándolo y cobrando escota.
Pero el viento me había echado sobre unas rocas que quedan entre aguas  al Sur del Faro, me parece recordar que se llaman los Bajos de la Pegar, donde naufragó el Santa Isabel con más de doscientas víctimas y donde se perdieron otros dos barcos. Son dos rocas gemelas separadas unos seis metros que velan en bajamar. Desmonté el timón y la orza. Monté los remos en los toletes y a favor del viento me colé entre las dos piedras. Las olas ya eran de más de un metro. Intenté remar contra viento pero era inútil. Fue imposible meter el timón en su sitio , las olas no dejaban meter los espigos en los tinteros, desistí e intenté gobernar con un remo, pero las olas y el viento no me permitían hacer un rumbo hacia dentro de la Isla de Ons, intente remar, pero el rumbo que hacía me echaba sobre las costa noroeste de la isla. La "Antares" a la deriva abatía hacia el WSW según mi estima por los faros, a unos dos nudos y medio. La corriente con la vaciante podría tener al menos un nudo en la misma dirección. Teniendo en cuenta todos los factores calculé que tardaría unos dos meses en llegar a la costa sur de Estados Unidos. Reagan en la Casa Blanca y yo sin pasaporte. Encendí un pitillo y pensé que la putada sería que llegase y me hiciesen volver.
 Me puse a hacer una muesca con el cuchillo en el roble del pincho de proa, ya era noche cerrada, el cuhillo no se hundía en la madera ni una décima de milímetro, pretendía amarrar un chicote y asegurar el estay, la muesca impediría al chicote zafarse. Extendí  y trinqué el foque sobre la botavara que aferré a la bancada, tratando de impedir la entrada de agua por la borda. Achiqué el agua que pude, me puse el pantalón de aguas y el chaleco salvavidas. A pesar de estos artilugios cuando venía una ola grande la chalana atravesada se inundaba, achicar, achicar, pelear por mi vida. El viento arreció y se puso del ENE. Durante la noche varios mercantes pasaron muy cerca, la chalana se metía casi de costado con la rompiente de su proa. Cuando les veía les hacía señales con mi linterna: SOS enfocada al puente, veía las luces del interior del puente y la derrota encendidas, tal vez un piloto automático y un Oficial de guardia midiendo las millas que el radar le marcaba hasta Finisterre. La mar iba a más . Pegué un mordisco a una de las manzanas que tenía bajo la popa y encontré al pie del mástil. Las botellas de agua estaban más cerca. Vomité todo enseguida. Seguía achicando el agua que las olas me metían. El día amaneció soleado. Intenté de nuevo hacer muescas en la proa para amarrar el estay, imposible. Pensé que los cuchillos senegaleses no estaban hechos para el roble gallego. Miré el cuchillo y la hoja ponía: Made in Japan. Lo único senegalés era la funda. Si me veo muy mal, me servirás para cortarme las venas, pensé. Me quedaban dos rutas de mercantes más. Mucho menos transitadas, una a cincuenta millas y otra a doscientas, esta última debe tener un barco a la semana, me dije. El viento fue a menos durante un rato, pero al cabo de una hora arreció poniéndose más de norte. Cada media hora achicaba agua, entre veinte y cincuenta litros. Con las manos congeladas la lata -achicador casi se me va por la borda. La amarré a la mano con un trozo de escota. Ya no tenía tiempo más que de achicar el agua que me entraba, breves periodos de descanso, que nunca me dejaron fumar un pitillo entero.
Intenté comer otro trozo de manzana, la mastiqué bien, pero sorbí su pulpa y la escupí, no vomité. Intenté dormir algo durante el día, pero no fui capaz de dormir mas de diez minutos. Me tumbaba en el plan (fondo) de la chalana, para darle más estabilidad, llevaba además la orza metida. Siempre que me quedaba dormido una ola nueva y hermosa llegaba y me empapaba. Seguí achicando toda la noche, me quedaba dormido y despertaba sobresaltado creyéndome en la proa de un mercante. Veía sus luces muy lejos, al Este. Solo era una ola. Pensaba en mi hijo de seis años, en mi matrimonio a punto de sucumbir.  Al amanecer del día siguiente vi una boya con banderines por el Sur, intenté remar hacia ella, la perdí por poco. Cuando hay una boya con banderines debajo hay  un aparejo de deriva, o un palangre. Siempre hay un pesquero que los recoje. Me entró un ataque de ira, debía haber comprado unos remos más grandes, y un motor, y un barco en condiciones o ir a la escuela de vela, o dedicarme a la cría de cerdos. Media hora mas tarde vi  un pesquero cuando la cresta de una ola grande me amplió el horizonte. Me puse en pié agitando los brazos. Inútil. Otra ola más grande casi me tira por la borda. Se me ocurrió meter el chaleco salvavidas rojo en el mástil izándolo  con la driza de la mayor. Lo pensé mejor, trabajosamente me saqué los pantalones del traje de aguas amarillo y los amarre por las piernas a la driza. Los icé.  Pasados unos diez minutos vi que el pesquero de unos veinticinco metros, se atravesaba a la mar mostrando su pantoque de ballena gigante y trabajosamente  cambiaba de rumbo ¡Venía hacia mi!. Cuando dio máquina avante,enterraba su proa en las olas gigantescas, pero me había visto.
Me sentía un campeón, me lanzaron un cabo y lo amarré a la bancada de proa, noté que casi no podía azocar el cabo, mis manos apenas respondían, aún no se hablaba de la hipotermia, morreu no mar ou morreu afogado, además, esas cosas no me pasan a mi. Cuando vino una ola grande y la chalana se puso a la altura del barco salté, pero mis piernas tampoco respondieron y me salvó que las manos ágiles y fuertes de dos marineros agarraron el chaleco salvavidas, la chaqueta de aguas y un brazo, quedé suspendido en el costado y me izaron en voladas dejándome en la cubierta. Di las gracias y me dirigí al puente, antes de decir una palabra el Patrón me preguntó:
-¿E lojo, a qué andas?.
 Me acordé de la historia de un náufrago, que recogido en una colchoneta hinchable en medio del Atlántico, tras partirse en dos su velero al ser preguntado pos sus salvadores: ¿Que hace aquí? contestó: Vendo biblias. Cosas de la mente. Contesté lo mismo.
-¿Estás ben?¿ Que queres? Preguntó con el acento peculiar de A Guardia.
 - Un güisqui.
-Juisqui non temos, temos Sansón.
-Pois un Sansón.
Me trajeron un Sansón con galletas que devoré. Las vomité en menos de un minuto.
Me identifiqué, pedí llamar por la costera al Faro para que avisasen a mi mujer y al Servicio que estaba bien.
Cogió el teléfono mi mujer. Le dije que había tenido un percance, pero que estaba bien.
-Que,¿Ya la montaste?.
-Pues si, estate tranquila. Hay mucha mar y tardaremos ....- el patrón enseñó dos dedos- dos días.
Tardamos tres.
Me llevaron a una litera y me arroparon, eran seis o siete hombres, todos mayores que yo y muy curtidos .El barco se llamaba "CARMEN PILAR". Habían acabado la licencia para pescar merluza en el banco sahariano y aprovechaban para pescar en aguas españolas, en las noventa brazas. Estábamos a unas treinta millas al oeste de Cíes. Yo creía que estaba más al Sur y no tan al Oeste. Estuvimos  dos días a la capa  antes de poder recuperar el aparejo. Los pasé durmiendo. Nos dejaron a la Antares y a mi en Vigo.
Durante algunos años seguí en contacto con  Ignacio Lomba, el patrón del CARMEN PILAR.  Siempre que podía acercarme a la Guardia iba a verle. Últimamente pasaron demasiadas cosas y demasiados años. Fui hace unos días. Me dijeron que había muerto.

Dedico esta historia a Manuel Otero, marino meticuloso y ordenado. Nunca le sucederá algo así.

jueves, 20 de junio de 2013

LA LENGUA DE LAS MARIPOSAS.

No son los únicos responsables.  ¿El gobierno español?

El lenguaje marítimo es un lenguaje rico, incorpora vocablos de otros idiomas, ajustados a las circunstancias. Cuando empezé a escribir estas chorradas, pensé en escribir lo que me saliese de la minga pero tratando de ayudar a sobrevivir al escobén, a la contra, la pasteca, la driza y el molinete. Pero nada de eso ha sucedido, el mecanismo de relojería que descompensa mi minga, que hace girar la óptica de mi faro anticuado me lleva a otros derroteros, y hoy la invasión de delicadas mariposas  a las que le dieron el poder, hace que el Comité por la Pureza de las costumbres y el movimiento de las lenguas me encargue este modesto estudio. Realmente no saben lo que hacen, siempre aprobé la gramática por los pelos, los únicos que se atrevieron a pagarme por escribir quebraron a los tres meses. Ellos verán.
Lo que despierta estas lineas es que a Maruja Torres le aconteciese lo peor: Wert se le metió en la cama, quiero decir que amaneció con él. Y le entró con aquello de que "pobre" es un vocablo pasado de moda, como fanal o así.
A nuestros políticos les pasa como a los economistas: Se inventan un lenguaje y así no les entendemos. Luego pase lo que pase dicen que los pringados que pagamos sus lujos y apariencias no comprendimos su mensaje. Y la panda de periodistas que les siguen incorporan el lenguaje. No ven, visualizan. No dicen verbalizan, no aumentan los parados, se desacelera el índice de destrucción de empleo. Una empresa que se arruina o quiebra entra en concurso de acreedores. Si lo gana ya es la hostia. Ellos no se aumentan los sueldos equiparan su nivel retributivo. No cobran comisiones, son gastos de representación. Los representados deben ser las empresas que les dan las comisiones y que luego nosotros ayudamos con créditos para incentivar el empleo. Solo quedan empleados Rato, Felipe González, Aznar, la duquesa de la Mamandurria y sus allegados. Mientras, nuestros jóvenes "Externalizan su actividad laboral". Ahora esta panda de chorizos que paga los colegios del Opus, rescata bancos que quebraron por sus robos, que quieren ensañarnos a ser cultos a través de la religión, se inventan que las ayudas a los universitarios serán un premio a la "excelencia". Así su mediocridad se perpetuará por generaciones, porque los únicos excelentes serán ellos, aumentándose la nota en sus colegios, premiando a los sumisos, y seguirán eternamente sin dar palo al agua. Viviendo como dios.
 Mientras, la creación  de riqueza en el banco del parque donde tocamos coplas disminuye por falta de liquidez de los transeúntes, por lo que habrá que inyectar fondos en el sistema financiero para mantener el nivel de riesgo de exclusión social:
-Papi, mira otro pobre.
- No se dice pobre, se dice persona en riesgo de exclusión.
¡Me cago en su ascendencia!. No les importa, son lavables.

martes, 11 de junio de 2013

FUNCIONARIOS OBSOLETOS.

Como diría el amigo Lorente, me jubilé voluntariamente por obsoleto. Con mi manía de dejar las cosas a medias, no hice una carrera administrativa que me dé autoridad moral para poner a parir a nuestros jerifaltes. Es por eso que mis criticas estarán basadas en una autoridad al menos tan inmoral como la suya.
Empecé a navegar en la marina mercante en el año setenta, cuando los tecnócratas del Opus Dei ya se habían adueñado de la política y por tanto de la banca, la enseñanza y el comercio,  dejándonos a los ciudadanos francófonos- los que solo hablábamos de Franco- como único espacio público la taberna y los prostíbulos.
Algunas compañías navieras como Marítima del Norte, Pescanova, la Trasatlántica, etc. encontraron pronto entre sus accionistas de referencia a la Jerarquía del Régimen y al Opus Dei. Su patriotismo se disipó tan pronto como llegó la democracia y muchos de sus barcos fueron abanderados en países tan hispanos como Liberia, Panamá, Scheichelles, Irlanda y así. Casi todos habían sido construidos con créditos oficiales.
En menos de quince años la Marina mercante española pasó de tener más de tres mil buques mayores de 1500 Toneladas de Registro Bruto a quince barcos. Rápidamente, con la llegada de los del PSOE al poder, entre los que había mucho recién llegado y algunos trepas procedentes de entornos marítimos (SLMM Rafael Lobeto, UGT Fernando Palao) procedieron al desmantelamiento de lo que quedaba de la infraestructura naval española, excepto para la Marina de guerra que por la integración en la OTAN no tuvieron más güevos de modernizar. Los neoliberales de Felipe, privatizaron todo lo privatizable, eso si, con dinero público. Descubrieron la utilidad de la guardia civil, del SVA, de los Servicios secretos convirtiéndonos en uno de los países con más servicios de seguridad. A partir de entonces muchos servicios públicos se duplican  con las autonomías, que a su vez los privatizan y los pagan con dinero público, así sitúan a su clientela con salarios astronómicos a costa del contribuyente, se multiplicaron por cien las Empresas y Entes Públicos, también se multiplicaron por cien sus pérdidas, los precios de los servicios y los sueldos de sus altos directivos, nombrados a dedo y sin vinculación con el puesto. No les interesa a nuestros políticos una función pública de calidad y eficacia, les interesa que los funcionarios sean badulaques, sus ordenadores tengan cientos de visitas a juegos o contactos para tener así argumentos para privatizarlos.
Una de las consecuencias de esta situación  en el mundo marítimo es la aparición de numerosos barcos que con costes elevadísimos tienen los distintos organismos. Cuando entré en los Faros me pareció sorprendente que el Ministerio de Obras Públicas tuviese un barco y dos lanchas para cubrir el servicio de la Ría de Vigo y Cies, la Armada una pequeña lancha de vigilancia, el Ministerio de Agricultura de quien dependía el Icona una lancha, el Ministerio de Hacienda una patrullera,.... todos ellos con base en Vigo.
Con la privatización de servicios públicos la cosa fue a más. Además de los medios náuticos del Estado arriba mencionados, la Xunta tiene una flota de adiestramiento y vigilancia pesquera, la Guardia Civil improvisó un servicio marítimo de última generación. Existen dos buques de investigación oceanográfica. Contratos millonarios de Salvamento Marítimo con empresas de "Salvamento" que generaron paradojas  como el remolque del Prestige. Esta difusión de medios públicos, de competencias concurrentes de hasta tres administraciones en la misma materia y sin intercambio de información, como poco generan despilfarro, amén de incompetencia y en no pocas ocasiones corrupción mediante mordidas en los contratos. Mientras todas las dependencias administrativas tienen un barco ruinoso y a veces parado, es posible que los barcos de la Armada se queden sin gasóleo, sin repuestos y con restricciones de personal. Podrían utilizarse para muchas cosas útiles: Vigilancia de costas, seguridad marítima, investigación, transporte de operaciones judiciales y fiscales, entrenamiento de tripulaciones civiles, suministros del Estado, etc. Pido perdón anticipado por mi ignorante atrevimiento. Y ya puestos a privatizar que lo privaticen todo: La Casa Real (contrato els Joglars) El Gobierno (Contrato Bárcenas y cía) La Justicia (Contrato Rouco y Varela Asesores) y no sigo, que ya pedí perdón si en algo falté, como decimos los borrachos pobres.

jueves, 6 de junio de 2013

LOS ARTISTAS NECESITAMOS PÚBLICO.

Cuando te inunda la verborrea del político ignorante, cuando el intérprete bueno o malo hace su papel, la presencia de público es imprescindible. Estos días vuelvo a releer los blogs de gente que me gusta, amigos a los que sigo desde hace años y las bajas son numerosas y es que no hay público.
Estoy instalando el canalón de recoger agua de lluvia en la parte de atrás, me está llevando tiempo. Un gato de la vecindad me observa desde un muro. Me mira escéptico pensando que no acabaré la obra antes de morir.
 Cuando instalaba canalón en  la parte delantera de la casa, el gato también estaba, pero lo acompañaban matronas primaverales que pasaban, de abundante canalillo correspondiente al aumento de la temperatura en superficie, y yo subido como en un escenario de cabaré, como un Pantocrator de andamio, admiraba sus canalillos, les decía alguna burrada respecto a la mejora de la raza y me sentía artista, el público animaba mi avance con el canalón y el trabajo progresaba, pues el artista estaba contento y es que la colocación de ganchos tiene mucho arte, y hay fijaciones que perduran en el tiempo.

viernes, 31 de mayo de 2013

SALARIOS MÍNIMOS, INGRESOS MÁXIMOS.

Cuando un gobierno quiere cambiar un procedimiento legislativo, sanitario, educacional o fiscal que funciona suele decir que el sistema es anticuado y hay que actualizarlo. Eso empezó desde que existen gobiernos. A los menos relevantes de su partido le conceden una limosna, no hacen nada pero gastan y ganan poco. En el Siglo XIX el gobierno bianual de turno nombraba a sus amigos "funcionarios" que cesaban con el gobierno que los había nombrado, normalmente después de cobrar una miseria durante seis meses. Esos seis meses debían de producir suficiente para aguantar un año. Licencias, arbitrios e impuestos, eran defraudados al Estado por los mismos que los dictaban o recaudaban. Más tarde se importó de Francia, principalmente,  un modelo de Administración profesional,
 Con Felipe González se produjo una legislación administrativa que teóricamente estaba bien, pero abrió el campo a la libre designación, a la contratación de informes técnicos para asuntos en los que la Administración estaba sobrada de personal cualificado, que se quedó para hacer trámites burocráticos inferiores a su formación. Se estableció que el salario más alto no podía ser más de tres veces el salario más bajo, pero simultaneamente se introdujo el Complemento Específico que en algunos caso triplicaba el salario y el complemento de destino que en el caso de algunos asimilados era astronómico. La responsabilidad, el trabajo real, y el servicio público realizado suelen ser inversamente proporcionales al nivel del funcionario.
No veo el porqué un ingeniero deba ganar tres veces el sueldo base de un peón. Se multiplica por veinte o por treinta si añadimos los demás conceptos. El peón tiene derecho a lo mismo que el ingeniero: bienestar, educación, sanidad y promoción profesional. Además, normalmente el peón  le ha pagado la carrera al alto cargo.
 La tesis del gobierno socialista era que si no se primaba a los altos funcionarios se iban a la privada. Rara vez ocurrió, entre otras cosas porque en numerosos casos además de cobrar del Estado ya trabajaban para ella. Muchos, incluso pringados como yo,  lo hicimos alguna vez.
Los seis millones de parados se alegran si a los funcionarios les recortan el sueldo, no les preocupa que el dinero de las actividades públicas se vaya a las empresas de amigos influyentes. Que políticos iletrados cobren en tres meses lo que ellos ganan en tres años. Que veraneen con sus impuestos. A los seis millones de parados lo que les jode es que el pringado mileurista de atención al público tome café, que le haga esperar mientras habla con un compañero, y sobre todo que tenga trabajo. Los miserables que nos gobiernan saben que no va a rodar su cabeza, va a ser agredido un tipejo que aprobó unas oposiciones al grupo C2 y está en la mesa nueve.
Debe ser por ello que los altos cargos del Banco de España sugieren que no se tengan en cuenta los Convenios colectivos y se rebaje el salario mínimo. Esos mismos cerebros hacían balances positivos de nuestra banca arruinada por sus dirigentes y a punto de rescate, mantenían en el cargo gente de dudosa reputación y nadie les agrede. Agreden al celador del Hospital, al auxiliar del Inem, o al maestro de sus hijos.

miércoles, 22 de mayo de 2013

LAMINA DE AGUA

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Uno de los numerosos problemas que afectan a nuestra clase política es mear fuera del tiesto. En el lenguaje con que disfrazan su incompetencia le llamarían “extemporaneidad”.
Uno de los ejemplos y hay muchos, es la gestión de los puertos. Primero descubrieron que a los mercantes se les podía robar carga, comprar tabaco y whiski de contrabando a precios de chantaje, creando un aparato burocrático insufrible e ineficaz. Consecuencia: Ni España tiene barcos ni los extranjeros traen su carga a nuestros puertos.
Luego descubrieron que a los pesqueros se les podía robar de todo. Para pagar esos robos arrasaban con los caladeros y todo el mundo estaba contento. Ya no tenemos caladeros ni pesqueros.
Con el ladrillazo empezó a molar tener un barco; “de recreo”, le dicen. Nuestra costa se llenó de puertos deportivos, todos los tarugos que se forraron defraudando al estado y a los consumidores compraron un barco y una concesión en régimen de copropiedad de la lámina de agua ocupada. Es decir el Estado le vendió a muchos ciudadanos, entre los que había bastantes aficionados a la náutica que no robaron a nadie, el derecho a flotar por veinticinco años, mediante un canon por metro cuadrado y día.
Lo malo de esto es que como siempre llegaron tarde. Construyeron los puertos deportivos cuando ya ni los extranjeros tenían interés en compartir el desastre especulativo de nuestras costas, ni mayor interés en compartir pantalán con nuestros recién estrenados nautas, salidos de una pléyade de escuelas que nacieron con el boom de: “tener un barco mola”.
Hoy tener un barco modesto, que en cualquier país europeo es demostración de amor a la naturaleza, conocimiento de las ciencias y de la artesanía al alcance de cualquier obrero, es imposible en nuestro país a menos que estés “forrado”. Los gastos de comunidad de nuestros puertos deportivos, las tasas por ocupación del agua de nuestras administraciones públicas, el afán recaudatorio de las empresas privadas encargadas de certificar la seguridad y de las numerosas autoridades involucradas, los impuestos excesivos al material, hacen que sigamos siendo una isla de espaldas al mar, que la actividad marítima sea un paraíso del enchufe y que unas inversiones astronómicas en puertos comerciales, pesqueros y deportivos sean tan rentables como el Aeropuerto de Castellón. Y han sido todos, todos los que llevan decenios enmierdando el país. Los chorizos son profesionales de cualquier filiación política.

martes, 9 de abril de 2013

CONTRABANDISTAS.

Creíamos que todo iba a mejorar con la muerte del dictador. Yo la había celebrado con un negro apátrida y dos holandeses en el Puerto de Alejandría bebiendo cava que tenía oculto y reservado para la ocasión, mientras miles de rusos abandonaban Egipto.
Estaba tan contento que tuvimos un hijo y compramos un piso con crédito al 20 % de interés.   El piso nuevo estaba sobre la esquina de una playa en Vilanova de Arousa, que tenía una rampa al mar, de una vieja fábrica. El contrabando de tabaco era tan intenso que  la pareja de correrías de la Guardia Civil jugaba a las cartas en un mesón llamado "O cortixo", los viejos máuser apoyados en la pared, alumbrados por una vela. Sabíamos de las noches de descarga por los cortes de luz de tres o cuatro horas. El tabaco se llamaba "Winston de batea". Las bateas son mejilloneras flotantes. Algunos "bateiros"estaban afiliados a Alianza Popular. Decían que los primeros en dedicarse a la importación de tabaco eran unos empresarios del marisco, que traían las cajas a las bateas, las metían en los flotadores y las traían a tierra por la rampa de al lado de mi casa o en el muelle de Vilanova, cuando las circunstancias eran favorables, esa noche apagaban la luz del pueblo. Debo decir que a mi me parecía simpático. Sobre todo el que hacía los transportes a remo y en gamela, era el mudo del pueblo que solo decía: ma, maaaa. La cosa fue empeorando. Los nuevos "empresarios"después de ver que yo era un comunista y un canta-mañanas dejaron de invitarme a albariño, de proponerme que metiese trescientas mil pesetas en "mercancía" y empezaron a invitar a D. Manuel Fraga. El responsable de Alianza Popular tenía un cocedero de mariscos, yo le había hecho de intérprete en una ocasión con un cliente inglés y me decía que lo de comunista no tenía importancia, que en el Partido tenía futuro. Pero cuando le dije que no podía militar en un partido de un ministro de Franco, pasé a engrosar la categoría de Cantamañanas.
 Los "Empresarios" Santorun, Oubiña, Charlín, El Peque y algún otro que no recuerdo organizaron una cena con mariscada para D. Manuel en el restaurante "Alúmina" en las Sinas. No llenaban y entonces invitaron a todo el que quiso ir. Amenizaba el poderoso grupo musical "Los Gauchos". El cantante me cantó que el portero de mi edificio que había sido tapicero de la Renfe en Madrid, estaba diciendo en su mesa: 
-A este chico (por D. Manuel) lo conozco yo de Madrid.
El pescador sentado a su lado, dijo:
-Hostia, pois presentao, que aqui non o conoce ninguén.
Padín, pasado de  albariño, se levantó, dio dos palmadas y un grito,
-¡Callarvos, todos! Tengo el honor y el gusto de presentaros a D. Manuel Fraga Iribarne, Presidente y secretario general del Partido Acción Popular. Y yo os digo más: ¡Vale más lo que este promete que lo que otros dan! Reverencia a la mesa presidencial y grandes aplausos del público.
 A Padín no lo volvieron a invitar a ningún sarao, pero con estos antecedentes ¿ De que coño os escandalizáis políticos y periodistas?
-

sábado, 6 de abril de 2013

ATLANTIC WASTE.




El viernes había tres posibilidades: Una exposición en la Sede de la Delegación de la Xunta, la firma de un libro del Juez Vazquez Taín, que publica novela sobre las tramas compostelanas, y dedicarme al estudio de los textos sagrados, cumpliendo con lo mandado. Después de hacer mis obligadas abluciones acompañé a mi Santa y a su amiga Noelia a la exposición Atlantic waste.  Evidentemente el único desperdicio oceánico era yo, seguramente como consecuencia de alguna riada. Lo demás era costa y mar en estado puro. El trozo de red que paró la hélice que  llevó a las piedras la lancha de los buscadores del sabor. Las conchas de las rocas con la sangre de los náufragos apenas perceptible. Las algas que moviéndose con la mar ocultan las estrellas que no desean ser vistas en la arena del cantil. En la red venía un paraíso de centollas, un cabo perdido con su ancla, la chumacera de una gamela en desuso y el conocimiento de técnicas recientes y artes antiguas de un magnífico pintor: FERNANDO CARBALLA . Un cuarteto de jazz, formado por alumnos del Bachillerato artístico donde impartió clases un día, ponían la música, dos generaciones de artistas se acompañaban, y ello resulta siempre
particularmente emotivo.

lunes, 1 de abril de 2013

FEIJOO, LOS NARCOS Y YO.

Mis asesores de imagen me han recomendado que pare como sea esta sarta de insidias que nos mandan los periodistas a los que tenemos un barco. 
Tengo barco desde 1982, y es cierto que he paseado estafadores, ladrones, contrabandistas e incluso asesinos, mejor dicho, condenados por asesinato que aquí con la justicia no se sabe. Pero jamás he paseado en la mierda de barco que tengo a ningún político. Si alguna vez lo hice, algún que otro futuro director general, algún futuro diputado, no conocía sus intenciones. Éramos jóvenes y no teníamos experiencia. 
Tampoco es para tanto. La marca Galicia no se resiente. Hasta hace poco el contrabando de tabaco era una cuestión común, los niños preferían ser contrabandistas a ser guardias civiles, y eso lo decían en la tele. No pagar impuestos era una infracción  administrativa. Soy partidario de legalizar todo tipo de drogas y de la eutanasia, que cada cual se muera cuando le pete a partir de la mayoría de edad. Que los gitanos de la vecindad vendan las drogas pagando impuestos, con control sanitario y baratas, para que los yonkis no tengan que darme un palo para comprárselas. Don Herminio Viana, mi preceptor náutico, me decía que era una guerra perdida. Que nunca hubo prohibición que prosperase. 
Los cristianos tuvieron prohibido el cultivo del tomate, que animaba a la concupiscencia. Solo se cultivaba en los huertos reales y en los conventos.
Hubo un barco, rescatado de los tribunales en subasta que fue subvencionado como escuela de vela por la Xunta de Galicia y por la Diputación de Pontevedra, que paseó políticos en grupo, entre los que se encontraba Rajoy, entonces Presidente de la Diputación. Estoy seguro de que su ambicioso patrón les dio más de lo que recibió. Si no contamos la pensión completa que recibe en el penal de Granada. Creo que mejor sigo navegando solo.



sábado, 30 de marzo de 2013

SANTOS ENCUENTROS

  Manuel Manquiña 
Salgo tan poco de mis espacios comunes que desconozco a las personas, olvido sus caras y olvidan mi cuerpo. No ocurre lo mismo con mi Santa que tiene mucha más práctica. 
Un decir: estamos en Madrid, voy a mear a la estación de Atocha, salgo y la veo hablando animadamente con un señor con una cresta. Era Manquiña, un actor de aquí, el de: "Carmiña, vuelvo pa casa, que esto es muy estresante", naturalmente no le reconocí.
-Jose ¿Le conoces?
-Ehhh..., si me suena....
-¡Es Manquiña, hombre!. Mira, tú eres como el Papa, unes a la familia...

Hoy salimos, en una acera había un grupo. Su metro y medio se plantó ante una señora bastante alta y dijo:
-¡Hola!
La señora amablemente respondió ¡Hola! quitándose las gafas.
-¿Tu no eres siquiatra en el Hospital?.
Fui por su espalda y le sujeté los hombros, con actitud de firmeza, sabía a quien se refería la confusión, una médico conocida de cenas.
-Perdone, la acabamos de recoger en el siquiátrico y todo el mundo le parece conocido...
- Será de la sala de espera del siquiatra de lo que nos conocemos, -dijo la turista. 


domingo, 17 de marzo de 2013

LA MUERTE Y EL SEPELIO DE ANTONIO PALACIOS.

Autorretrato: Palacios Corticoides.
Autorretrato: Palacios Radioactivo.


Cuando uno tiene una vida divertida, su muerte civil tiende a ser divertida. El dolor de la pérdida se mitiga con el placer del recuerdo. En el no entierro estaban la bohemia de Vigo, pintores, actores, músicos... gente de la cultura, la CGT en pleno y por supuesto estábamos los amigos de la taberna, aquellos que no analizamos y nos divertimos queriendo y bebiendo.
Palacios además de pintor, era un amante de la música, la poesía y los tebeos. Fue funcionario de la Tesorería de la Seguridad social y le quedó tiempo para estudiar Derecho. Un histórico del anarcosindicalismo, Rodrigo, recordaba emocionado que justificaba su ingreso en la Administración pública diciendo:
 -Como soy incapaz de encontrar un trabajo honrado tuve que hacerme funcionario.
 Muchos de sus compañeros y amigos  somos o fuimos funcionarios y sabemos que siempre fue de lo más honrado. Lo cual no impide que un contribuyente que tuviese tratos con él saliese de la entrevista encantado de haber cumplido sus obligaciones y riéndose. Le despedimos en un bar A Pita Cega, allí recordamos algunas anécdotas, cantaron los que lo sabían el himno anarquista mientras la dueña lloraba en un rincón de la cocina. A los que le conocimos nos queda su obra, su ingenuidad inteligente, y el recuerdo de numerosas anécdotas confesables o inconfesables.
Encontrar a las Vahamonde después de muchos años y Asun con su chispa de siempre, al decirle yo que daba gusto verlas:
-Ya sabes, nos conservamos, "Conservas Vahamonde" las mejores.
Y con gente así, con gente como Antonio Palacios ha sido un honor beber la vida.